Se acabó. Poco nos ha durado este primera temporada de True Detective, apenas ocho episodios que contrastan con los meses de rodaje que soportó a sus espaldas. La obsesión de Cary Fukunaga por la perfección de cada capítulo les hizo encadenar toma tras toma de cada fragmento de guión hasta que todo estuvo lo más cercano posible a la visión que este y Nic Pizzolatto tenían del descenso a los infiernos de Rust Cohle y Marty Hart.
Porque esto es lo que ha sido, una mirada al más profundo mal que alberga nuestro mundo y cómo puede cambiar todo lo que una persona es el entrar en contacto con este. Ni una serie con un misterioso asesinato como centro, ni otra con una mitología intricada que atrapa a la audiencia. Jugaron a hacer creer que podían ser una cosa o la otra, pero llegada la segunda mitad de la temporada se comprobó que esta sí era una historia de personajes.
Nuestro comentario final sobre True Detective y su final, con evidentes spoilers, tras el salto.