Dicen que las desgracias nunca llegan solas. The Blacklist fue la primera en despedirse con su temprana midseason finale y ahora le llega el turno a The Good Wife y a Gotham. Una orfandad navideña prematura que en las tres series con los puntos álgidos de su temporada. A ver cómo nos las arreglamos. De momento comentaremos cómo The Good Wife sigue sin tener ningún reparo en sacar de la zona de confort a los espectadores y a la propia serie a cada minuto, porque no está dejando un status quo en pie.
Si pensábamos que esta temporada iba a ser una repetición de la jugada de las tensiones entre Will Gardner y Alicia Florrick pero con Cary Agos como antagonista en este caso, comprobamos en su season premiere que estábamos muy equivocados. Ahora en la midseason finale asistimos a la germinación de las semillas plantadas en ese episodio, llevando las tramas a una especie de conclusión lógica pero que nunca pensamos que se atreverían a acometer. Porque claro, nosotros inocentes seguimos pensando eso a veces.
Todo ello, con ciertos spoilers, a continuación.
De ese escenario previsto nos hemos encontrado durante la temporada con los dos personajes en situaciones completamente fuera de él. Por una parte Alicia Florrick está completamente inmersa en unas elecciones a fiscal del estado y Cary Agos afronta el momento más duro de su vida por cargos de conspiración criminal. Para ninguno de los dos parece haber tiempo a la confrontación, ya que cada uno está inmerso en su propia trama. Al mismo tiempo que cada uno tiene su propia trama sentimental, por lo que el show a día de hoy está polarizado entre los dos abogados.
Comencemos por el personaje de Julianna Margulies, que como Eli Gold y su director de campaña Johnny Elfman ya le advirtieron, está teniendo que cambiar su forma de pensar ante la forma de hacer campaña. Por mucho que su actual contrincante Frank Prady, un David Hyde Pierce que vuelve a la televisión tras Frasier para dar un digno rival a la protagonista, quiera mantener un pacto de no ensuciarse con Alicia, todo va a terminar de cualquier forma en el barro. Siempre habíamos visto a Florrick desde una posición moral superior, pero la serie nos quiere mostrar cómo llegado el momento todos terminan tomando las mismas decisiones.
Eso si, la mini-trama de la nota en la que amenazaba en broma a un profesor de apuñalarlo ha sido una manera perfecta de ilustrarlo. Precisamente en esta temporada se están adoptando una gran cantidad de tramas secundarias de ese estilo para avanzar en la trama de la campaña de Alicia Florrick, como si fuese esta la que hubiese adoptado la faceta más procedimental del programa y se hubiese volcado la serialización en la parte judicial que protagoniza Cary Agos. Por así decirlo, más que el caso de la semana ahora tratamos con el jaleo de la campaña de la semana. Pero todo está llevado con tal brillantez que no cabe poner una sola réplica al respecto.
Como tampoco se la pongo al personaje de Finn Polmar, actual interés romántico de la protagonista interpretado por Matthew Goode y que desde su posición platónica nos hace desear que por una vez ambos se dignen a ser felices. Claro que con Alicia en mitad de una carrera política las apariencias son muy difíciles de mantener, más aún cuando su marido Peter Florrick ya tiene de por si una relación paralela, así que todas las barreras en este aspecto que se impongan son pocas. Barreras que antes o después se van a romper, está claro, pero de momento la única alegría en este aspecto nos la dan la Elsbeth Tascioni de Carrie Preston y el Nick Perotti de Kyle MacLachlan en su alocado romance. Ese ha sido uno de los grandes momentos de la temporada en su faceta cómica episodios atrás.
Una faceta que no comparte nada la trama de Cary Agos, que ha visto cómo toda su vida descendía hasta los infiernos por culpa de su relación como abogado con Lemond Bishop. No hay nada que se pueda hacer ya y ninguna de las estratagemas que se intenten aplicar servirán para que evite un veredicto demoledor por parte del jurado. La fiscalía está decidida a acabar con él si no puede usarle contra Bishop y solo testificar en su contra o un mal acuerdo le librarán de pasarse quince años en la cárcel. O huir, pero eso está fuera de las opciones para él. Así que que sea un acuerdo y que esté dos años en la cárcel, mejor que el resto de su vida.
Decíamos que al mismo tiempo este personaje protagonizaba su propia trama romántica, y es verdad. Su relación con Kalinda Sharma ha sido una de las más complicadas que hemos visto en el show y esta serie ha tenido unas cuantas que redefinen el concepto de relación complicada. Cuando conocíamos que Archie Panjabi abandonaría la serie en algún punto de esta temporada entendemos que su futuro está ligado al del personaje de Matt Czuchry y que sin este en el bufete ya no tiene mucho sentido la presencia de la investigadora. Lo que por otra parte nos alegra, ya que echamos mucho de menos a Robyn y hace bastante que no la vemos. Kalinda ya ha cumplido su ciclo.
Pensad todo lo que ha sucedido en estos primeros diez episodios de la temporada y que aún queda más de la mitad de esta, que no tiene ninguna intención de bajar el listón y que sigue ofreciendo esa genialidad ininterrumpida que comenzó allá por la cuarta temporada. Una serie que es plenamente consciente del nivel de exigencia que se ha autoimpuesto y que por eso no deja de introducir tramas y actores que de verdad aporten un desarrollo a su argumento mientras que todas las piezas que tiene ya a su disposición las coloca en posiciones que nunca antes han visto en el tablero. Ya se queda antiguo cuando decíamos que nada nos podía sorprender más que la fuga de Alicia de Lockhart Garder.
Son unas seis semanas las que tendremos que esperar por el retorno de The Good Wife en CBS, probablemente las más duras del año.
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