Muerte y todos sus amigos en The Good Wife

La parca ha llegado a The Good Wife sin que nadie la esperase aunque sintiéndose inevitable una vez instalada en una serie que está habituada a sorprender en cada uno de sus guiones. Cada libreto de la serie del matrimonio King suele considerarse una pequeña obra de arte porque tanto el fondo como la forma suele ir revestido de una pátina de calidad que se aleja de los caminos habituales que tienen el resto de series para avanzar en sus tramas.

En The Good Wife todo importa, no hay nada que esté dejado al azar y ya sea con la sutileza de un par de escenas o con un auténtico tour de force de varios episodios siempre se logran grandes avances en su recorrido. Pero la muerte ni es sutil ni es un suceso muchas veces predecible o consecuencia lógica de una sucesión de eventos. Es repentina, inesperada y terriblemente descorazonadora.

Casi como lo que hemos sentido con el episodio Dramatics, Your Honor, del que hablaremos a continuación con evidentes spoilers del tema.

Nos sentimos mal, muy mal, por lo que ha sucedido en el último episodio de la serie. En parte porque no lo vimos venir y en otra porque deberíamos haberlo visto, no lo sabíamos pero el tremendo juego que se nos había establecido desde principio de temporada estaba amañado desde el principio.

Como explicaron los King primero y Josh Charles después, la decisión de que Will Gardner terminaría su recorrido esta temporada ya estaba tomada bastante tiempo atrás, cuando Charles decidió al final de la cuarta que su etapa en la serie había terminado. Todo a partir de ahí vendría encaminado, a través de un acuerdo entre las partes, para darle un final al personaje a la altura en el plazo de quince episodios.

Así cuando Alicia Florrick rompía toda relación con Will y con Lockhart/Gardner no lo sabíamos pero estábamos despidiendo en parte al personaje, no abriéndose una nueva etapa para este tal y como en su momento pensábamos sino encabezando su propia recta final. La lucha encarnizada que abriría con Alicia tras la traición de esta, con atisbos de reconciliación interrumpida en su último tramo, no sería otra cosa que su canto del cisne.

Porque mientras la serie nos distraía apuntando las tramas en la dirección del fraude electoral, los peligros llegarían de un lugar mucho más inesperado. Unas semillas plantadas unos meses atrás en el octavo episodio de esta temporada en forma de un caso complicado alrededor de un estudiante universitario acusado del asesinato de una compañera, que no parecía muy diferente de otros más allá de la fuerte implicación personal que Will Gardner pondría en este.

Hasta se había puesto como una pieza clave al propio Gardner en esa trama del fraude, casi como un juego de espejos que nos impidiese realmente ver lo que estaba a punto de suceder. Y no, no pudimos, porque cuando el estudiante acorralado entre una insoportable vida en prisión y un proceso litigioso interminable decidió tomar el arma de un alguacil descuidado y abrir fuego en la sala nos sentimos tan impotentes y desgraciados como Diane Lockhart o Kalinda Sharma, personajes a través de los cuales averiguamos las consecuencias del tiroteo.

En un minuto Will era un prestigioso abogado trabajando en uno de los casos que más le apasionaba de su carrera y al minuto siguiente estaba muerto. Así es la vida y, sobre todo, así es la muerte. Nos ha costado aceptarlo casi tanto como si a un conocido le hubiese sucedido, llegando a pensar si Shonda Rhimes no se hubiera colado en la sala de guionistas de The Good Wife y nos hubiera hecho una de las suyas, pero hemos terminado por aceptar el funesto destino de uno de los protagonistas como inevitable.

A pesar de que The Good Wife ha hecho gala de una multiplicidad de recursos en sus tramas, hasta el momento no había jugado la mano del muerto con respecto a uno de sus miembros emblemáticos del reparto. Puede que Alicia sea la protagonista y la que da título a la serie – que cada vez es menos representativo de su contenido, podríamos decir -, pero Will Gardner siempre ha sido el otro gran pilar del show y cuesta imaginarse al drama avanzando sin este.

Pero lo hará, está muy claro que lo hará. El avance que pudimos ver al final del episodio, a modo de veneno puesta en la punta de la daga que nos han clavado en el costado, nos muestra parte de las distintas reacciones del resto de personajes principales de la serie y en qué dirección parecen avanzar. Porque ahora todos estamos en duelo, pero cada uno lo afronta de una manera. Parece que esto volverá a desestabilizar el matrimonio Florrick, que forzará a Diane a luchar cada vez más por el bufete que hace no mucho quiso abandonar – lo que implicará el retorno de Louis Canning – y que… ¿cambiará la idea de Kalinda de abandonar su oficio?

La vida ha de seguir y aunque el recurso de la muerte nos pueda parecer en primera instancia el más sencillo, comparado en ciertos casos con la facilidad con la que Julian Fellowes se deshace de ciertos miembros del reparto, es tremendamente complicado saber ejecutarlo con precisión y que sirva como refuerzo positivo de las tramas. Todo depende de lo que esté por venir y de lo que puedan aportar todas esas ramificaciones.

Todo esto es una muestra de lo muy grande que es The Good Wife en realidad, un titán dramático que ha tejido no solo un enorme universo a su alrededor sino que al mismo tiempo mantiene al espectador semana a semana – eternos parones incluídos – pendiente de lo que pueda suceder y listo para incendiar internet con ello. Es una serie que se convierte en parte de cada uno y por eso estos ataques a la línea de flotación de la serie se sienten tan personales.

Separar el genio de la locura es realmente complicado en ocasiones y esta es una de las que es difícil distinguir entre si lo presentado ha sido una temeridad o una genialidad. Algunos casi lo vemos con un acto de fé forzado por la necesidad de sacar de escena a Josh Charles, algo que nunca se hubiera previsto por sus guionistas en las cuatro temporadas previas. Un todo o nada orquestado desde las sombras

Pero si algo nunca le hubiésemos perdonado a The Good Wife es el andar con medias tintas, ¿no?